Hoy le cedo la palabra a Belén y a su viaje a la protectora de Jaca, a los animales que esperan allí un hogar. Os invito a leer sus palabras, a ver los animales que las acompañan y a que los recordéis si queréis adoptar.
Hay mas maneras de ayudar a esta pequeña protectora, por ejemplo siendo voluntarios o casa de acogida si estáis cerca o siguiéndoles por redes sociales y difundiendo sus publicaciones.
Contacto: 636 651 600 info@protectora-jaca.org
Hace poco menos de un mes subí al Pirineo por un par de días y aunque tenía muchas cosas que hacer en muy poco tiempo mi corazón necesitaba ir a ver a los bichis del albergue de la Protectora de Jaca. Una protectora humilde en la que inicié mi contacto con la protección animal, donde aprendí a luchar, a sacar fuerzas cuando ya creía no tener, a tener imaginación para gestionar los escasísimos recursos con los que contábamos, a dejar el orgullo a un lado cuando hay seres vivos en juego, a perder la vergüenza y la timidez para sacar adelante un proyecto.
Esa lluviosa y desapacible mañana pasé a buscar a Chus, la persona que cada día del año, haga sol o nieve, sube andando y muchas veces cargada los casi 4 km que distan de su casa al albergue para alimentar, limpiar, medicar y mimar a los demasiados perros y gatos que allí habitan. Cuando paramos frente al albergue me di cuenta que todo estaba más deteriorado, los años pasan para todos, y también para las instalaciones, y el poco dinero que hay se destina a la alimentación y salud de los animales, y aunque seguimos con esperanzas (diez años de promesas) para que un alcalde construya un albergue nuevo… esto no ha ocurrido. Este albergue fue construido poco a poco por voluntarios, sin financiación externa y cada parche tiene mucho corazón, y creo que eso es lo que más combate los 7 grados bajo cero que son frecuentes en el invierno.
Pese a estar jarreando pasé una mañana maravillosa, ayudé en todo lo que puede, hice un completo a todos los perros, peso, medidas, desparasitación, limpieza de oídos y como no, mimos y limpié las gateras. Llegué a casa por la tarde y ni comí. ¡Hay tanto que hacer! Y con ellos se pasa el tiempo volando. Aunque si el tiempo hubiese acompañado nos hubiésemos quedado dos horas más para pasearlos, que los pobres por falta de voluntarios pasean una vez a la semana.
Cuando llegué a Madrid me dije, Belén hay que hacer algo, hay muchos perros preciosos, simpáticos, amorosos, a veces alguno tímido con una mirada que parte el alma y que nadie les mira y, muchos de estos bellezones llevan allí años. Yo tengo una teoría, estos animales llevan una capa de invisibilidad, la capa que tenía Harry Potter, y seguramente un día se la pusieron para estar a salvo de algún ser inhumano y ya no supieron como quitársela. Parece que sólo somos unos pocos los que sabemos ver tras esa capa, pero necesitamos que la gente los vea, pregunte por ellos, les den la oportunidad de dar lo que mejor saben: amor con sus lametazos y ronroneos. ¿Sabéis también cuando se quita la capa? Cuando se mueren y se publica la noticia, entonces la gente dice “pobrecito” pero siguen sin ver al resto. Hace diez años Chus y yo nos encontramos muerta a Uka, una perrilla cruce de labradora blanca, noble y discreta que llegó con 4 meses al albergue y murió con 10 años, nunca nadie preguntó por ella. Encontrarte un animal muerto en un albergue sin haberle dado la oportunidad de tener una familia es la experiencia más frustrante, decepcionante, amarga y dolorosa, el mayor fracaso de una protectora. Esa imagen la tengo grabada, como lloramos, y lo peor que esto es más habitual de lo que pensamos. De hecho, algunos de los animales que hay en la protectora de Jaca no creemos que pasen este invierno, el frío siempre se lleva a unos cuantos por delante, y es tan triste…
Ahora quiero pedir ayuda a todos los que lean esta carta para que me ayuden a quitar y hacer desaparecer de una vez por todas esta capa de invisibilidad que hay sobre perrillos o gatos, jóvenes, maduritos, sanos o enfermos, con timidez o desparpajo, miedosos o aventureros, que llevan ya demasiado tiempo esperando en la Protectora de Animales de Jaca.
Pero también quitar esta capa de los voluntarios como Chus, Cristina, María… que, robando tiempo de sus familias, luchan a diario para buscarles un hogar.
Quitar esa capa a esas pequeñas protectoras que sin apenas medios humanos y económicos llevan muchos años luchando por ellos.
Quitar esa capa para que los políticos vean la realidad de las camadas indeseadas, del maltrato animal, de la compraventa de animales, de la falta de ayuda para la concienciación y educación.
Por favor ayudadme dar luz a los invisibles.